Lo implantado con anterioridad presentó buena germinación, emergencia o crecimiento, procesos favorecidos por la recuperación del contenido de agua útil en los perfiles de los suelos.
Se logró el 100 % de la siembra, cuya intención inicial se estimó en 1.065.000 ha, por lo que la misma cerró con la superficie prevista de 1.037.000 ha y un incremento de 60.500 ha más, que lo concretado en la campaña anterior.
Así mismo, dado el mejoramiento de las características ambientales, las realidades de los lotes y las condiciones físicas de los suelos, en forma progresiva y sin pausa, se normalizó la implantación de sorgo, algodón o soja tardía.
La intención de siembra para la campaña 2024 – 2025 de soja tardía, se ajustó en 20.000 ha más, por lo que se alcanzarían unas 600.000 ha, fundamentada en los cambios climáticos ocurridos.
El rendimiento promedio fue 5,5 superior al de la campaña 2023.
Los cultivares se encontraron en diversas etapas de desarrollo, los más avanzados, en fin, de floración y los sembrados tardíamente, en estado vegetativo o principio de reproducción, sin inconvenientes.
Hasta el momento, las condiciones sanitarias fueron buenas, sin presencia de insectos o enfermedades. En el área de estudio se observaron dos realidades distintas, bien diferenciadas, cuando:
a) las implantaciones se realizaron en la ventana óptima de siembra y fueron beneficiadas por las lluvias puntuales, al cereal se lo encontró en etapas de floración y otras, en comienzo de R2 (cuaje) sin inconvenientes y hasta aquí, desplegaron todo su potencial genético;
b) los lotes fueron sembrados durante las últimas jornadas, con un corrimiento o desfasaje de 20 a 25 días de la fecha ideal y como consecuencia de la escasa a nula disponibilidad de agua útil en la cama de siembra de los suelos, a los maizales se los visualizó en etapas de crecimiento o desarrollo, principalmente, en el área de influencia de las cuencas lecheras.
El estado de los algodonales se encontró desde muy bueno a excelente, en general, ya que capitalizaron las condiciones de humedad de los suelos como producto de las últimas precipitaciones.
Hasta la fecha, la presencia del picudo algodonero fue baja, pero se recomendó a los productores el control diario de las trampas y la realización de aplicaciones en los bordes de los cultivares, si fuese necesario.
La dinámica de los escenarios ambientales, las particularidades zonales más los múltiples factores actuantes, condicionaron o regularon, la toma de decisiones a lo largo del ciclo de la cosecha fina 2024 y de las nuevas planificaciones, de la campaña de la cosecha gruesa 2024 – 2025