Por Gustavo Picolla – Consultor | Director Agromanagement Agroeducación
En el contexto de actual el liderazgo se pone a prueba.
¿Qué sucede cuando quien debería guiar se convierte en el principal problema?
En este artículo, exploramos cómo ciertos comportamientos del líder pueden debilitar a su empresa en lugar de fortalecerla y qué se puede hacer para resistir su impacto.
Voy a utilizar un ejemplo cotidiano para facilitar la comprensión del tema.
Una mañana cualquiera mi esposa y yo discutíamos acerca de un incumplimiento mío ante un pedido de ella. Yo tenía que hacer algo que ella me pidió y no lo hice porque estuve concentrado en un trabajo que estaba haciendo. Esta situación a ella la entristecía porque yo no había cumplido con algo importante para ella y yo estaba apenado porque ella estaba triste por ello.
Luego de un rato de discusión cada uno se fue a distintos lugares de la casa. No obstante, en mi cabeza seguía dando vuelta la discusión, la situación horrible que existía entre ambos y no lograba concentrarme en lo que tenía que hacer.
Cansado de esta situación, me dirigí a ella y le dije: “Lo siento mucho” y le di un beso. El beso más frio y breve que podría haberle dado. Era todo lo que cada uno podía dar en ese momento.
Al alejarme, me dice: “no lo sientes, lo haces sin sentirlo”
Me fui refunfuñando acerca de como podía ser que mi esposa no aceptará una disculpa y lo poco razonable de su respuesta.
Al rato, analizando la situación, me di cuenta de lo que realmente sentía. Ella tenía razón, no me sentía apenado y por eso pedía disculpas. Me sentía erróneo, enojado, despreciado y no podía disimularlo con un beso para disculparme. Entonces, ¿porqué debería aceptar mi esposa una disculpa cuando no había nada que aceptar?
Mi acción mostraba disculpas pero mi voz, mi postura, mi interés en sus necesidades mostraban lo que realmente sentía y era a eso lo que ella respondía.
La clave en esta historia es que las personas podemos sentir como sienten los otros hacia nosotros. Con el transcurso del tiempo podemos saber cuánto le importamos sinceramente o cuando somos manipulados. Siempre podemos detectar la hipocresía, pueden mostrarnos amabilidad pero cuando detectamos el sentimiento verdadero nos resentimos y no importa que se preocupe por nuestra familia, que nos muestre empatía o use cualquier habilidad para ser efectivo.
Lo que sabemos es cómo una persona nos presta atención cuando hace las cosas y en función de eso respondemos.